Seguime, chango, que nos vamos a dar un gusto. Y vamos a citar el comienzo de una de las historias más divertidas y conmovedoras de la narrativa decimonónica para dar cuenta del sustrato de la Biblioteca Popular Ansible. Todo un ecosistema bibliodiverso radicado en el corazón de La Paternal.
"Había una vez un pedazo de madera. No se trataba de una madera lujosa, sino de un simple leño, de esos que en invierno se meten en las estufas y en las chimeneas para encender el fuego y caldear las casas." Así comienzan Las aventuras de Pinocho, un conjunto de peripecias que atraviesan un carpintero y una marioneta, construida con ese pedazo de madera insignificante que citamos, hasta transformarse auténtica y humanamente –después de 36 capítulos de idas, vueltas y mucho de la ayuda providencial de la fata Turchina– en padre e hijo.
Y es que se me da por pensar que, sobre un pedazo de madera cualunque como ese, reposa el comienzo de la historia de esta Biblioteca, que el mismisisísimo Michel Nieva no duda en elevar a "catedral" de la ciencia ficción –sí, es un re cumplido–, y que hoy reúne una vasta colección de volúmenes asociados a ese género literario, pero también al terror y la fantasía, con cierto énfasis en las producciones locales.
Además la Biblioteca cobija, organiza y despliega una red de vínculos lectoriles alrededor de una programación de actividades surtidas y diseñadas para todo público. Desde la convención nacional Encuentro Cercano hasta una planificación especial para los grados de la escuela primaria que trabajan con estos géneros, pasando por un concurso de relatos de ciencia ficción, donde el ganador es adaptado para teatro y actuado en cada convención.
Parece que la cosa arrancó chiquita y con el peor timing de todos, en 2020, cuando ese marzo pandémico un grupo de humanos fundó el Café Cultural Artigas, al 1800 de la calle epónima. Estos terrícolas de sangre caliente montaron un café, una sala de teatro y una biblioteca con estantes de piso a techo y con una escalera móvil. Este último detalle indefectiblemente despierta suspiros entre bibliófilos y ganas de subirse para mirar el paisaje en lontananza, entre los más temerarios.
Técnicamente la biblioteca había sido pensada para ayudar a separar la sala teatral del bar, aislando el sonido de uno y otro lado. Pero uno de los miembros del grupo –luego cooperativa– puso en ese mueble 40 libros propios de ciencia ficción, con la idea de que circularan en préstamo. Para diciembre se sumó Carles Ros Mas como bibliotecario, formado en "educación social" en España: es decir, "trabajar con personas y grupos en riesgo de exclusión, promoviendo su desarrollo, su inclusión y la mejora de su calidad de vida". Nada me resulta más atinado que este perfil para describir lo que Carles hace alrededor de este locus amoenus. Porque como bibliotecario designado acomodó los libros y armó un catálogo online. Pero también organizó lo que empezó a parecerse más a un ecosistema fértil, impulsando el quehacer de las comunidades asociadas a cada género que se fueron acercando. Carles también bautizó el proyecto bajo el signo de Úrsula K. Le Guin y le puso de nombre Ansible.
Gracias a este empuje, la Biblioteca Popular fue madurando. El repertorio de obras empezó a crecer a través de dos modalidades: libros donados –muchos por sus propios autores o editores– y financiaciones colectivas para gestionar la compra de otros ejemplares. A la luz de todos los libros que llegaron después, no puede no sacar una sonrisa esperanzada el recuerdo de la primera colecta para llegar a los 1000 ejemplares, allá por diciembre de 2021. Hoy, el mueble biblioteca se extiende muy rizomáticamente por las paredes del Café Artigas, custodiando más de 3100 libros.

Martín Castagnet, cuyo insoslayable Los cuerpos del verano rankea entre lo más prestado por Ansible, recuerda: "Entré en contacto con la Biblioteca gracias al trabajo colosal de Carles, que se me acercó cuando estaba buscando difundir el proyecto y conseguir donaciones. Yo tenía muchos libros para donar y en cuanto supe de Ansible, también supe que ése era el primer destino que quería para los libros que ya no entraban en casa: porque creo en las bibliotecas abiertas para todos, porque amo el género especulativo con toda mi alma, y porque Ursula Le Guin, la autora del concepto ansible, es mi autora favorita. Desde entonces, cada vez que aparto libros para donar siempre separo primero lo que es para Ansible (mi economía me dice que debería venderlos, pero no puedo). Incluso llegué al punto inédito de separarme de libros que pensaba conservar, pero que no consulto con frecuencia y que, en el caso de necesitar hacerlo, siempre puedo visitarlos ahí".
De a poco, Ansible también empezó a robustecerse, dando cobijo –y café– al impulso de algunos early adopters, como el escritor y periodista Matías Carnevale. "Él fue la primera persona que me dijo 'Quiero presentar mi libro ahí'. Vino con su trabajo sobre Bradbury, en abril de 2021", rememora Carles. También fue clave el agite de otros editores, escritores y grupalidades como Laura Ponce, editora de revista Próxima y ediciones Ayarmanot, la troupe del observatorio de futuros Proyecto Synco o el colectivo Nuevo Terror Argentino (NTA), que fueron desplegando sus propios intereses sobre la traza de Ansible y del Café, en modalidad de charlas, presentaciones de libros, antologías y demás yuyos.
Hoy, la Biblioteca galvaniza una comunidad compuesta por más de 660 socios, con mayor o menor participación. Cuando Carles mira esa lista, distingue tres perfiles: "Quienes hacen uso de la biblioteca solamente en tanto préstamo de libros; quienes además suelen acercarse a las actividades que ofrecemos; y, por último, quienes además se distinguen por proponer o sumarse a alguna actividad".
Mallory Craig-Kuhn, que escribió la space opera Divino Neón y que hostea el programa Triángulo satelital junto con el escritor Juan Moretti, tiene rasgos propios de estos tres perfiles. Cuenta que se acercó a Ansible durante la pandemia, "cuando ya podíamos hacer cosas con barbijo en lugares". Empezó asistiendo a charlas, hasta que Ansible se volvió un lugar confortable para ir a leer y trabajar fuera de casa. "Escribir y desarrollar talleres puede ser una cosa muy solitaria, muy de la cueva. Y bueno, empecé a hacer buenas migas en Ansible y a pasarla bien ahí."
No transcurrió mucho tiempo hasta que ella misma amplió la grilla de actividades. Junto con otras socias ilustres organizó proyecciones de cine, dictó talleres de creación de mundos y se transformó en una de las organizadoras de la convención nacional Encuentro Cercano. Ansible incluso funcionó como locación para grabar los primeros episodios del programa conducido con Moretti, por el que desfilaron escritores como Robi Chuit Roganovich o Flor Canosa.
Al mismo tiempo, May –como le dicen todos– subraya la magia que habita en el sistema de uso de una biblioteca popular, como una modalidad posible y eficaz: "Es una excelente alternativa para leer en físico, sin tener que comprar ni piratear". May explica: "En la librería La Libre estuve dando un taller de lectura en el que hablaba sobre Neuromante, de Gibson. Pero en casa sólo tenía el libro en inglés. Entonces fui a Ansible a pedir prestada la traducción, para sacar imágenes y material para mandar al grupo de mi taller o recomendar a quienes participaban, que fueran a consultar en la Biblioteca. Me pasó lo mismo con Materiales para una pesadilla, la novela de Juan Mattio, que estábamos trabajando en el taller. Justo antes de su reedición por Caja Negra, el libro ya no se conseguía. Entonces también era avisar que podía consultarse el ejemplar que hay en Ansible".

Desde la tribuna del fantástico, nos llega la palabra de Thelma Contino, socia y coordinadora del smial argentino de la Tolkien Society, recientemente bautizado Hyarnantir. Ansible se transformó en el punto de encuentro para las reuniones mensuales del smial, donde un sábado a la tarde por mes quienes quieran pueden acercarse a charlar, discutir o exponer sobre algún aspecto de la obra del Gran Bardo de Oxford. De hecho, hoy sábado 8/11 hay reunión. "Me gusta que la Biblioteca nos ayuda a respetar la consigna di amigo y entra", cuenta Thelma. Y aclara, por las dudas: "Lo que significa que están todos invitados". Literalmente escrita en piedra, "esta es la consigna principal, para evitarnos el esnobismo del 'sólo yo puedo hablar porque leí el libro 354 veces'".
Además, agrega: "El ambiente en Ansible es espectacular y es, en sí mismo, parte del desarrollo de la reunión. Porque estás en ronda, en un lugar medio living, rodeado de libros, tomando algo rico, y Carles, que lo amamos todos, selecciona de antemano material relacionado con esa charla. Entonces la cosa puede seguir hasta hablar de chanchos voladores". Planazo. "A veces estamos en el medio de un debate y él se levanta y agarra el libro del que estamos debatiendo de la estantería, para buscar la cita. Y encima nosotros somos todos unos enfermitos que buscamos en tres segundos la página en la que se menciona lo que estamos debatiendo. Pero es como una cosa que se forma, donde el ambiente en sí mismo es parte del desarrollo de la reunión".
Thelma se llevó en préstamo El nombre del viento, de Patrick Rothfuss, y esa decisión hizo olas entre sus amigos: "Me re putearon varios. Me dijeron: '¡No, boluda! ¡Es una trilogía de la que sólo se publicaron los primeros dos tomos! ¿Por qué hacés eso?'". Gajes del oficio.
Desde el palo del terror, Carles explica que el catálogo de Ansible también cuenta con obras de un colectivo que –lejos de estar lleno de muertos y fantasmas–, se caracteriza por sus muy activos signos vitales autogestivos. Se trata del grupo Nuevo Terror Argentino (NTA), que reúne a escritores, músicos, gestores culturales y editores que buscan impulsar la circulación de narrativa de este género escrita en el país, invitándonos a soltar por un rato las figuras autorales más obvias para adentrarnos en las profundidades de antologías como la reciente 24 relatos siniestros. Publicada por Entramar, esta reunión de textos fue presentada en Ansible y ya va por su segunda edición. Reúne narrativa escrita por referentes de este colectivo, como Elizabeth Rivadeneira y José María Calvo.
Por otro lado, editoriales más tradicionales, como Colihue, empiezan a tener a Ansible en el radar. La pasada Noche de Brujas tuvo lugar la presentación de un volumen de cuentos escritos por H. P. Lovecraft, que fueron seleccionados, traducidos y anotados por Luis Pestarini, editor de la revista Cuásar –respect your elders–, y que además cuentan con una introducción escrita por el profesor Pablo Debussy. Todo este combo terrorífico fue publicado por esa alta casa editorial. A propósito de esto, Martín Castagnet complementa: "Confieso que, en su momento, pensé que Ansible estaba muy alejada de las zonas centrales de la ciudad y que esa posición periférica iba a ser contraproducente. Estaba muy equivocado y lo admito; de hecho, ahora más que nunca soy un convencido de la importancia crucial del barrio y de la comunidad. Y esos espacios, que los habitantes de una ciudad necesitan como el agua, se suelen generar precisamente lejos de los tumultos turísticos. La buena salud de Ansible lo certifica, y también la cantidad de eventos que ahora se realizan ahí". En fin, basta chusmear el IG de Ansible para repasar ese despliegue de ciclos, proyecciones, encuentros y elegir alguna actividad que nos convoque, si es que necesitamos de un empujoncito para salir de la cucha y acercarnos.
Ya sé, chango, desde atrás me están gritando que redondee. Seguime unos renglones más, que terminamos. Y es que para orientar lecturas, le pedí a Carles que tirara algunas recomendaciones del catálogo de Ansible. En ciencia ficción propone la recopilación de cuentos Hija de sangre, de Octavia Butler. En fantasía, la novela Fábulas invernales, de Carlos Gardini –y agrega que también podría pensarse como ciencia ficción–. Y en terror sugiere el cómic o novela gráfica Legión, de Salvador Sanz. El debate sobre el etiquetado frontal en la literatura te lo debo.
Por último, hoy sábado 8/11 a las 16.30 habrá una nueva reunión del smial Hyarnantir y, como dijo Thelma, hay lugar para todos. Pero si en una de esas llegaran a pedirte santo y seña para entrar, acordate chango que the word for the world is amigo.
Tuya afectísima,
Socia Ansible N°122.