Música sin emoción es como la vida sin sentimientos.
(Diego Silvani, "Remolino de lirios").
Había una vez
El archivo de Whisper y Amoeba, bandas veteranas del emocore y el skate rock local, es muy prolífico y puede consultarse en soportes que ahora suenan rudimentarios, lentos o imprecisos: fanzines fotocopiados, revistas impresas, cartas escritas de puño y letra, casetes rebobinados con lapicera, simples sueltos en CDs garabateados, fotos en papel, 7" spliteados con otros proyectos, y así y así.
Para la gurisada, estos formatos rústicos tal vez sean los ítems de un coleccionismo incipiente. Materiales de una mitología autogestiva que debió valerse de tecnologías y dispositivos olvidados –¡casillas de correo!– para poder circular. En la platea veterana llevamos estos formatos más cerca del cuerpo. Porque estos soportes nos ayudaron a conformar uno. Un cuerpo de obra propia, por momentos, rústica, dispersa, desprolija, y casi nunca cerrada, pero nuestra. Ahí está aquello que expresamos, dijimos, cantamos, gritamos, pintamos, escribimos, recortamos y pegamos: los laureles que supimos conseguir, con los recursos modestos que pudimos manotear.
Pero hoy no vamos a hurgar mucho en el comienzo de esa historia. Nuestro encuentro con Whisper y Amoeba acontece in media res. Y, en realidad, me toca –a mí, a la que escribe– empezar reponiendo una parte dolorosa en esta historia que supone polinizaciones cruzadas entre bandas de amigos, entre escenas chiquitas pero intensas, entre los bordes de géneros que surgen en los bordes de una cultura subterránea. Camino con cuidado –por el borde– de esta zona. Y pido permiso para escribir sobre una historia que no es mía, y sobre un amigo de muchos que ya no está.
Remolinos y cataclismos
Es 26 de marzo de 2022. "Tester" Mariano, cantante de Amoeba, cumple años. Por cortesía, no ventilaré cuántos. Festeja por la tarde con un banquete casero que incluye un buen surtido de carnes y delicias veganas. Él, ahora, es de los carnívoros que toman vino en vaso de metal, al lado de la parrilla. Él, ahora, es un señor que anda de chambergo. Pasaron diez años desde la última vez que estuvo al frente de un escenario, en el Salón Pueyrredón. Pero Tester invitó a sus amigos de toda la vida. Muchos son especímenes de otras bandas, pero comparten con él una trama en el mismo micelio subterráneo. Está el Pájaro (guitarrista en Amoeba, Flores del Sol, Sentidos Alterados y Los Dañados) y también va a venir Diego Silvani, aka Lirios y/o el Viejo (cantante de Whisper y Baltimore in Love) que, entre otras cosas, siguen siendo veganos. Aún ahora, tras todos estos años. Y si alguna vez el veganismo fue un gesto adoptado al interior de una subcultura que ambos cultivaron con variaciones criollas, a esta altura es todo un modo de pararse en el mundo, cuestionando hasta lo incuestionable. Menudo gesto, en un país agroganadero.
Pero vuelvo al cumpleañito. Doy fe de que llueve bebida y nieva comida, para todo tipo de amigos y de socios adherentes de la guardia vieja. Pero Diego no llega. Fallece esa misma tarde, debido a un problema repentino de salud. Y sí, se desata un cataclismo entre su inmensa red de afectos.
"Juntensé, metanlé"
El fallecimiento de Silvani provoca un sacudón no sólo en la memoria de sus afectos, sino también en el archivo. Llueven fotos, nievan fanzines. Pasa que Diego era un motor cultural y una usina de expresión a la DIY, que no paraba de copiar casetes para compartir, de cartearse con bandas de todo el planeta, de registrar y extender eso que pasaba por debajo del mainstream, en todos los formatos posibles.
Con el paso de los días se escuchan voces amigas que quieren organizar un homenaje al viejo Lirios –y esto lo digo yo: son unos caraduras al decirle viejo, Diego era apenas dos años más grande que algunos–, apodo que viene a cuento del título de su fanzine Remolino de lirios. Queda macerando lo del homenaje.
En algún momento de estos años después de su muerte, también aparecen unos registros en formato VHS, tomados por el mismísimo Diego, o donde aparece de refilón: escenas con Whisper tocando y grabando. Amoeba haciendo de las suyas. Tester y Fede "Minucha" (de Sniffing Recording Industries y guitarrista en Amoeba) se ponen a digitalizar esas cintas. Fede Pérez Losada (baterista en Whisper y Compañero Asma) agrega otras, ya digitalizadas, que viene custodiando desde que el mismísimo Lirios se las pasara. Cosas de antaño: circa 1997-1999.
Con estos materiales a flor de piel, surge la idea de hacer una proyección que conmemore al Viejo. Se elige una locación: por supuesto, el sótano de Galería Fémur, ya que, entre otras cosas, es la madriguera de artistas visuales como Tester. Se pone una fecha, 26 de marzo de 2025. Se pide colaboración con bebibles y comestibles a quienes se acerquen. Es un encuentro doble faz. Porque una cara celebra el natalicio de Tester. La otra, conmemora la partida de Diego. Una cinta fuerte y duradera de VHS las enlaza ahora, más acá y más allá de la alegría o de la tristeza.
"Fue muy emotivo", dice el Pájaro. "Fue un montón de gente, hasta los padres de Lirios, el hermano, la hermana." Y Minucha repone la frutilla del postre de ese encuentro: "Es que falleció Lirios y Tester no volvió a festejar. Y se dio de forma bastante orgánica y espontánea lo de hacer algo con estos videos. Se la tiré a Marian y fue un puntapié, en el marco del homenaje a Diego, para pensar también en un regreso de Whisper y Amoeba". Desde algún plano sutil, Lirios lo hace de nuevo. Motoriza amigos, moviliza recursos. Una vez más impulsa a los suyos a juntarse y hacer música. A salir a la cancha, otra vez.
Pájaro explica: "Pero esto había que hablarlo con el resto de la banda, con Gugu Sancricca (baterista en Amoeba, Restos Fósiles y Las Fuerzas Subterráneas) y con Marcelito Mascetti (bajista en Amoeba, técnico de grabación y sonido, Limonhero Estudio) y con Whisper también. Entonces nos juntamos. Y Whisper también se juntó. Estuvo todo más que bien. Y empezamos a ensayar y Whisper empezó a ensayar. Y ahí arrancó".

Por su parte, Poli (team Whisper y Los Álamos) cuenta más o menos lo mismo: "Toda la gente venía insistiendo con la pregunta de cuándo iba a volver Amoeba. Y creo que el momento en que Marian hizo el click fue cuando se hizo la muestra en la galería. Y le cayó la ficha al mismo tiempo de ofrecernos a nosotros volver a tocar y hacer juntos una especie de mini gira. Medio una locura, porque Peter (bajista en Whisper y Los Álamos) vive afuera y Diego ya no está con nosotros. Podía ser un mambo medio raro desde el punto de vista musical y también desde el emocional. Porque, de repente, tenés que buscar un reemplazo para alguien que ya no está, que era muy querido por muchos. Entonces, lo nuestro fue abordar la pregunta de si teníamos ganas de hacer esto o si nos parecía una burrada total".
Fede Pérez Losada agrega: "Lo charlamos también con Peter, que como está afuera, es raro también. Pero yo creo que si Peter estuviera viviendo acá, sería el más cebado". Poli retruca: "Olvidate, ya estaría colgado del techo". Y entonces dicen los chicos que Peter dijo desde Francia: "Loco, juntensé. Metanlé". Su lugar, el del bajo, lo tomó Marce Lasbats (de Flores del Sol y Lastbeats), otra veterana de la cultura subterránea y muy amiga de toda la pandilla. Para cubrir el lugar de Lirios, la voz, Whisper consultó a la flor y nata de las guaridas autogestivas porteñas. Y entonces definieron que Seba Saire (de Mofa e Inerme Discos) y Hernán "Diente" Osorio (Cutre) se repartieran la mochila, al mejor estilo de las bandas hardcore de los '90, donde surgían formaciones con dos cantantes. "Revival total", sentencia Poli. En la repartija, a Seba le quedó la parte más del emo-melódico, y a Diente, los gritos desgarrados. Mejor no se consigue.
Pasarla bien
Y cuando te juntás pasan cosas. Fede Pérez Losada lo compara con exorcizar algunas energías. Minucha lo asocia al fulbito semanal de otros: "Llega el jueves y ya estoy esperando el ensayo. Es una descarga". Pájaro embellece sensaciones con esta anécdota: "Hace como dos años que voy a patinar todos los martes con Marcelito. Pero ahora hace como dos meses que no va a patinar. Entonces hablé y le pregunté cuándo volvía, porque le hace bien –Marcelito es muy enroscado–. Y me dice: no bueno, no sé cuando vuelvo. Decí que por lo menos ahora tengo esto que estamos haciendo con Amoeba, que es re copado".
También se pronuncia Tester: "Los ensayos son como una especie de terapia. Somos un grupo de amigos que nos conocemos hace un montón y la verdad es que lo estamos disfrutando". Poli agrega: "Estamos más viejos y más hinchapelotas. Así que la idea es que terminemos tranqui, relajados. Hacemos lo que se puede. Y si no, está todo bien". Y Minucha: "Ahora estamos en un lugar donde el hecho de que uno no tenga ganas de hacer algo, supone que entonces no lo hagamos".
Se viene
Se habla de ensayos, se plantea una mini gira. Pero, por lo pronto, hay una sola fecha confirmada, para este line up que es homenaje, elegía y vuelta al ruedo: el jueves 30 de octubre a las 20 en Espacio Rincón (Rincón 1330, CABA). Abre la fecha Movimiento Tenso ¿Expectativas? ¿Nervios? ¿Reencuentro de veteranos o también espacio para las nuevas generaciones? Fede Pérez Losada desgrana: "Seba, por ejemplo, participa mucho en la escena más nueva de bandas emo o hardcore, aunque ahora desde el lugar de sello. Pero hay una escena muy pujante y muy linda. Varios de esos pibes ya le dijeron que van a ir a escucharnos. Tal vez movilizados por la curiosidad de escuchar a las bandas que hacían algo parecido a lo que ellos hacen hoy. Ahora, vos escuchás a los pibes de ahora, bandas tipo Clamor, WRRN o Cursi No Muere y es super pro lo que hacen, super zarpado. Escuchás lo que éramos nosotros y no hay punto de comparación. Pero bueno, en algún punto somos pioneros en eso, así que vamos a tratar de dar la talla".
En números
Fede Pérez Losada hizo números: "En el primer ensayo sacamos la cuenta. Había canciones que hacía por lo menos veintiséis años que no tocábamos". Dice que se las acordaba todas. Poli dice que él no. Pero que volver sobre ese cancionero en la sala de ensayo fue como si le hubieran caído diez mil quinientas fichas con memorias de esa época. O como si se hubiera tomado veinte pepas: "Un flash terrible". Pájaro cuenta que después de dos ensayos apareció… ¡más archivo! Un demo nuevo con veinte temas. Así que quién sabe dónde termina esta historia de regresos, reencuentros, homenajes y amigos. Hay micelio para rato.

Posdata
En limpio, las formaciones para el 30 de octubre en Espacio Rincón quedan así: por Amoeba suben Marcelito en bajo, Gugu en batería, Minucha en guitarra, Pájaro en guitarra y Tester Mariano en voz. Y por Whisper pasan Seba y Diente en voces, Chino en guitarra, Poli en guitarra, Marce en bajo, Fede en batería y Javi en batería.