Polymarket: inteligencia colectiva y mercados de predicciones

Hay cosas a las que uno les teme porque sabe que le van a gustar. Y mucho. Mis dos principales son la merca y la timba. Se parecen bastante: intensidad emocional, velocidad, sensación de saberlo todo, de poderlo todo. El combo financiarización-gestión de flujos toma cada vez más cuota de la actividad social y compite con las grandes estructuras del siglo XX –como la escuela, el ejército o la cárcel, reemplazadas por la educación continua, los mercenarios o la prisión domiciliaria– o sustituye a otros mecanismos de coordinación social. Mientras tanto, empezamos a apostar por el futuro pero no como en una carrera de caballos, sino como en un mercado de valores universal.

La rueda de la fortuna (qué pingo es Polymarket)

Polymarket es una plataforma cripto donde se pueden comprar cuotapartes de gigantescas apuestas por eventos futuros. ¿Cómo se hace plata en Polymarket? Teniendo razón sobre el resultado de un acontecimiento: quién va a ser el próximo presidente de Chile, por caso. Pero también se puede hacer trading aprovechando las fluctuaciones en la percepción del mercado.

Es decir, puedo comprar "No" a que se va a terminar la guerra de Ucrania este año cuando vale poquísimo y venderlo si en dos semanas pasa algo que lo vuelva una opción más plausible. Los precios van de $0 a $1, implicando las probabilidades de que el evento ocurra (de acuerdo a la opinión del mercado, claro). Cuando se resuelve la apuesta, los ganadores reciben un dólar por cuotaparte. O sea, si compraste "No" a 0,20 USDC, ganás 0,80 USDC.

Titanes cripto y del venture capital, como Vitalik Buterin y Peter Thiel, han invertido en esta plataforma, que hoy padece restricciones para operar en Estados Unidos pero sigue siendo, posiblemente, el mercado de predicciones más popular del mundo. Hay de todo: política y economía –lo que me tienta más– pero también cultura, deportes o tecnología. No todos somos expertos en algo, pero sí hay temas que seguimos más y eso hace que uno se tiente.

Crédito: @galatemplo

Inversiones posmodernas

En 1990, Gilles Deleuze publica Posdata a las sociedades de control, donde elabora una síntesis de lo que considera un nuevo modelo de sociedad, el sucesor de la sociedad de disciplinamiento foucaultiana. Desde mediados del siglo XX, las estructuras de encierro, orientadas a organizar la producción, estarían colapsando: el ejército, las escuelas, incluso la familia. Lo que queda son "formas ultrarrápidas de control al aire libre".

Sigo citando:

Mientras que los diferentes aparatos de control son variaciones inseparables, que forman un sistema de geometría variable cuyo lenguaje es numérico (lo cual no necesariamente significa binario). Los encierros son moldes, módulos distintos, pero los controles son modulaciones, como un molde autodeformante que cambiaría continuamente, de un momento al otro, o como un tamiz cuya malla cambiaría de un punto al otro.

El control reemplaza al encierro por la variación continua. Las monedas, antes de oro, ahora son una serie de flotaciones. Todo se vuelve un stock y el futuro –en el más esencial sentido de la palabra–, antes un programa, una conquista o una invención, es otro activo que hay que administrar.

El individuo se torna una cifra –un token en la blockchain de Ethereum, vía Polygon, si vamos al caso de Polymarket–, un cúmulo de datos que operan en la gigantesca red de una sociedad vuelta empresa y mercado. Ya no es un trabajador en el sentido moderno (parte de un ciclo de producción por el cual obtiene un salario, etcétera) sino que es un inversor de su propia fuerza de trabajo, su tiempo y la liquidez de la que disponga. La masa, convertida en datos, interactúa en una interfaz tecnológica puntual, en la cual se ponen en juego dinámicas informacionales y emocionales de lo más diversas. Cabe preguntarse qué puede salir de la mezcla entre Large Language Models (LLMs) y Polymarket.

Dentro de este marco social, la búsqueda de rentabilidad tiene un rango amplio. Moore et al (2012) plantean que incluso los ponzis pueden ser considerados como inversiones, en cuanto los actores son conscientes de la insustentabilidad de determinados proyectos pero apuestan a llegar temprano y salir antes de que el sistema colapse.

Mercados de predicciones e información colectiva

Me gusta pensar que estamos los curiosos, los cazadores y los insiders. Hace poco hubo una apuesta sobre que en 24 horas iba a haber un terremoto por encima de 7 en la escala de Richter. O sea, uno fuerte. Horas después aconteció el terremoto de Rusia, que hizo peligrar las costas de Chile con un posible tsunami. Es imposible predecir un terremoto (a menos que creas que al proyecto HAARP le da la nafta para eso). Pero puede que alguien haya analizado información pública o semipública y se haya convencido que iba a pasar y pronto. En este sentido, podemos hacer una lectura conspirativa de este mercado de apuestas. Pero hay más.

Desde la última elección de Trump, se llamó la atención sobre cómo los mercados de predicciones superaron a las encuestas a la hora de anticipar los resultados (ejemplo). Y hace poco se armó gran revuelo en Polymarket: un vaivén político estadounidense pudo darle un cimbronazo a la economía mundial, en un efecto mariposa cuyas consecuencias no podemos medir. La posible expulsión de Jerome Powell (presidente del "banco central" estadounidense, la FED) por parte de Trump se puso en apuesta y apenas goza de un 8% de posibilidades, medidas por el mercado, incluso bajo tormenta institucional.

Hasta ahora, tiene razón. Pero, ¿por qué los mercados de predicciones "predicen"? Las explicaciones son bastante utilitaristas: una encuesta depende de la buena fe y predisposición, mientras que un mercado paga por la información más honesta, fiable y criteriosa de la que disponga un individuo (devenido trader de acontecimientos). Ese alineamiento de incentivos haría emerger una inteligencia colectiva.

Si descreemos por un momento del concepto de conciencia, muchas cosas se parecen a la inteligencia: coordinación entre insectos, árboles que no entremezclan sus ramas, plantas que intercambian nutrientes para ayudarse o figuritas geométricas armando organismos en el juego de la vida. Pero no me quiero poner hippie.

Sin llegar a la idea de que todas las cosas tienen alma –más bien lo contrario: nada la tiene– podemos pensar a Polymarket como una interfaz de inteligencia colectiva. Sistemas complejos en los que agregamos la información que manejan los diferentes agentes –esto es muy hayekiano; si ofendo, pido disculpas–. Justamente, siguiendo al súper-austríaco nacional: ¿cómo mierda traducimos todas esas perspectivas (las expertas, las audaces, las idealistas, las memeras) en una sola variable? Fácil: pasando toda esa información por el tamiz de un sistema binario (sí o no; a lo sumo, unas pocas opciones) y luego haciendo flotar a los elementos en un sistema de precios.

Inteligencia emergente e inteligencia de gobierno

Polymarket es tan preciso a la hora de medir la dinámica de la opinión pública que es usada como parámetro de, por ejemplo, este estudio sobre las implicancias de las políticas del poder Ejecutivo estadounidense (Trump) sobre la independencia percibida de la Fed. Y no sólo eso: estos gordos de la Marina plantean usar a los mercados de predicción como índices para gestionar amenazas de seguridad (!). Básicamente, proponen un framework para que analistas de Inteligencia sepan extraer la mejor info posible de cada trade que se plantea en la plataforma. Sobre todo, a dónde mirar.

Llama bastante la atención que propongan activamente buscar por apuestas de escaladas de conflictos que ellos no puedan estar viendo. O sea, el Ejército estadounidense considera como fuente relativamente fiable a este constructo colectivo de información. Luego, estos indicadores serían contrastados con métodos de inteligencia tradicionales (OSINT, MASINT, HUMINT, etcétera).

Ya que estamos, esto nos sirve un poco a todos. Vos podés ser tu propio analista de inteligencia. Los militares estos proponen tres métodos de lectura de data:

Información cruzada entre diferentes apuestas (que terminan armando un panorama general). Que suban las tensiones entre dos países y al mismo tiempo suba el precio de cierto bien que indicaría la hipótesis de un bloqueo comercial en lugar de una escalada militar.

Detección de anomalías: amenaza de ataque terrorista en Santiago de Chile, bloqueo chino a Pakistán o ensayo nuclear de Corea del Norte sobre –no sé– Rusia. Hipótesis falopa a las que, puestas de repente en una apuesta, hay que prestarles atención. También, cambios repentinos en una apuesta otrora consistente, como que de repente haya un ligero shift hacia la idea de que Ucrania vaya a tomar Moscú.

Sentiment analysis: acá se intenta medir el grado de confianza individual y, a partir de ahí, consenso colectivo, en torno a una hipótesis. Porque no es lo mismo una apuesta colectivamente consistente que una volátil.

Al mismo tiempo, eso agrega otra capa de complejidad al asunto: Polymarket, gracias a su diseño, tiene ingredientes para ser escenario de lecturas de inteligencia y contrainteligencia. La desinformación de agentes gubernamentales contra la información construida por la hive-mind de los internautas. Los segundos tienen el incentivo de producir información honesta y fiable –porque ganarían plata si están en lo correcto– pero los primeros –o sea, la CIA– tiene toneladas de verdes para quemar haciendo apuestas falopa que intenten desestabilizar el panorama de la opinión pública. Esta es una hipótesis divertida pero no mucho más. No encontré casos documentados, pero sí están los ingredientes. El tema es que el efecto podría ser efímero por un efecto de regresión a la media. Veremos.

Volviendo a Deleuze y el paso del encierro al control, si antes la colección de información estaba encerrada en el edificio del Pentágono, hoy se está realizando colaborativamente a cielo abierto.

Más allá de Hayek

La economista Helen Wu propone pensar a Polymarket no como un espacio neutro de agregación democrática de información (la tesis hayekiana) sino como un ensamblaje sociotécnico con estructuras sociológicas e informacionales específicas. O sea, no es una vaquita de data: es el boceto de una Catedral. Mediante estudio empírico, Wu concluye que en cada predicción se constituye una competencia entre traders especializados que son el driver de la información y tienen injerencia desproporcionada en la formación de precios.

El ensamblaje sociotécnico de Polymarket según Wu (2025)

El uso del concepto de "ensamblaje" da cuenta de una instancia posthumana en Polymarket. La agencia está distribuida entre humanos y no-humanos, representados por los Automated Market Makers y los smart contracts que distribuyen la guita y median entre los eventos de La Vida Real™ y el resultado aceptado por el sistema. Predecir acá no es sólo predecir el futuro, sino también el outcome que va a aceptar Polymarket, en tiempos y formas.

High-frequency traders leverage the AMM’s mathematical structure to capture small margins on numerous transactions. Information specialists exploit the blockchain’s transparency to identifyand follow influential traders. Retail participants provide capital that enables sophisticated traders to profit from information advantages, creating incentives for informed participation.

En Polymarket, cualquiera puede ser un oráculo. Como infraestructura blockchain, nos permite, por un lado, el pseudoanonimato (nadie tiene necesariamente nombres, solo cifras) pero también el monitoreo de los trades de cada wallet. De esa manera, disponemos del historial de cada usuario. Triangular esa información puede darnos incluso data de Inteligencia, como planteaban los militares estadounidenses en el paper que mencionamos antes. Polymarket abre un paradigma de accesibilidad bitcoinero para un mercado que nació hiperregulado: el primer mercado de predicciones fue el Iowa Electronics Markets, en los '80, manejado por la universidad de Iowa, centralizado y de participación cerrada.

También podemos preguntarnos Who Watch the Watchmen: el modelo de cierre de predicciones consolida la dinámica de elite que emerge de los trades. Un trader paga determinada suma y propone un outcome creíble, a partir del cual comienzan dos horas de refutación (si alguien quiere). En caso de disputa, el veredicto se resuelve por consenso entre los tenedores de UMA, un token específico para este proceso. Al final, quien proponga exitosamente el cierre va a obtener el depósito que realizó más una recompensa.

Desde el tintero

Los mercados no son entidades abstractas, sino interfaces materiales de comunicación entre agentes muy diversos (algunos incluso no-humanos, desde la perspectiva de Wu). Los billetes, por ejemplo, son cierto tipo de papel emitido por cierto tipo de institución que se utiliza bajo determinados parámetros y situaciones. Tiene limitaciones de circulación pero ventajas de trazabilidad, si se quiere.

Polymarket es una interfaz con ciertas características que lo vuelven único: pseudoanonimato, incentivos fuertes para elaborar tesis complejas y fundamentadas, fricciones mínimas para la circulación de monetaria (el dinero, antes, viajaba a la velocidad de los caballos y los barcos; internet le dio la velocidad de la luz), trazabilidad de las decisiones de los usuarios y no tanto de la plata que, digitalmente, es relativamente fácil de lavar, y un sistema de tokenización que simplifica los Eventos del Mundo y los transforma en opciones de "Sí" y "No", facilitando el procesamiento y la producción de información al reducir el repertorio de señales. Circula la guita, circula la información, no circulan identidades ni los reguladores centrales.

Ha habido leyendas dentro de Polymarket, como el francés Théo, que levantó 85 millones de dólares (!) con la apuesta sobre las elecciones estadounidenses. La épica del nick y la ética del hacker parecen emerger, a veces, entre los escombros que dejaron los oligopolios tecnológicos.

Administrar el futuro de manera abierta y descentralizada todavía tiene consecuencias por mostrar. Agentes haciendo cobertura de sus propias quiebras. Políticos cobrando por acciones que van a realizar. La estandarización de triangulaciones entre diferentes predicciones que al final nos faciliten el monitoreo en tiempo real de situaciones límite como guerras. La luz no se comporta de la misma manera si es observada o no. Por qué lo haría la acción humana.

Polymarket es operar un ajedrez 5D. Las líneas temporales se entrecruzan y ya no sabremos si estamos del todo en el presente. Si estaremos del todo en el futuro.