Bienvenidos a una nueva entrega de la Colección 421. Mi nombre es Juanma La Volpe y una vez más nos vamos a adentrar en el mundo de los coleccionables, fetiches y objetos de poder. En esta ocasión, vamos a bajar por las alcantarillas para hablar de uno de los fanatismos nerds más importantes de Argentina: las Tortugas Ninja Mutantes Adolescentes y sus figuras de acción, especialmente las fabricadas por la empresa Playmates.
Como les conté esta semana en la nota sobre cómo me volví una Tortuga Ninja, la pasión que generan sigue encendida desde hace más de 40 años, y nuestro país se metió en la Tortugamanía de cabeza durante sus años de gloria, los '90. Tal fue el impacto que se convirtió en una de las franquicias favoritas para coleccionar, junto a Masters of the Universe (He-Man) y G.I. Joe, lo que también nos lleva a hablar de las tendencias de consumo en el mundo del coleccionismo y cómo el paso de las décadas importa para entenderlas.
El éxito comercial y televisivo de las Tortu empezó con un contrato de licencia para hacer muñecos con la empresa Playmates. Para poder vender el concepto, la juguetera estadounidense les pidió a los creadores de estos personajes, Kevin Eastman y Peter Laird, una serie animada para TV. Era lo que se hacía en la época: todas las figuras de acción que funcionaron tenían el apoyo importantísimo de una serie de TV, cómics y, como siguiente paso, videojuegos.

Tras el estreno del dibujo animado, en 1988 salieron las primeras figuras de acción en Estados Unidos. A la Argentina llegarían recién a finales de 1989, principios de 1990, distribuidas por J Sulc S.A (la J es de Juan), que durante esos años también sumaría licencias como RoboCop, Rambo y Frutillitas.
Acá llegaron las primeras tres series de muñecos, de las más de 20 que Playmates sacó durante 10 años, siendo la serie 1 la más recordada porque traía a las cuatro tortugas + Splinter, April O'Neil, Destructor, Bebop, Rocoso y un Ninja del Clan del Pie. Y no sólo llegaron las figuras, sino también algunos de los vehículos, como la famosa van amarilla y verde, y un auto para los malos que era una especie de Cadillac violeta.
Para mediados de los '90 se podían encontrar algunas Tortugas de series nuevas, que entraban directamente por importación. Pero lo que más entró, y también salió de acá, fueron tortugas truchas en todos los colores y tamaños. Por eso, en la publicidad televisiva para Argentina se hacía foco en el "sticker original", que permitía participar de un sorteo. Hay copias de molde, invenciones nacionales y chinas, deformes criaturas que se parecen y una ola de art toys y bootlegs modernos que les rinden tributo. Meterse en esa es muy divertido, y en mi caso son mis favoritas.

La colección original de Playmates salió entre 1988 y 1997, y cuenta con más de 400 figuras. En esa locura contamos con algunos griales de la edición original estadounidense, que hoy cuestan miles de dólares. Pero acá es donde me gusta acercarles un poco de insights del mundo y la vida del coleccionista, que no solo acumula y atesora, sino que también compra, vende y canjea.
Los artículos coleccionables están atados a modas, tanto a niveles súper populares como en los nichos. En el mundo de los juguetes y el merch alrededor de lo nerd, estas modas generalmente nacieron por el impacto de objetos y productos culturales que recibimos de chicos y adolescentes, a los que volvemos porque o nos pegaron muchísimo y se volvieron un lugar feliz, o porque no pudimos tenerlos y ahora, de adultos, podemos pagarlos. Con eso en mente, hay que tener en cuenta que –generalmente, pero no en todos los casos–, cada generación colecciona lo que conoce y le genera algo. Por ejemplo, nostalgia.

A partir de 2010, coleccionar Tortugas se empezó a poner difícil en Argentina porque la generación que creció en los '90 comenzó a reclamar lo que le pertenecía. Si bien hay abundantes figuras de TMNT en Argentina, gracias a esa Tortumanía que mencionamos era difícil verlas completas y en buen estado. Pero los galpones de las jugueterías e importadores empezaron a aparecer en las búsquedas de los coleccionistas y aparecieron muchas nuevas figuras cerradas, junto a vehículos y otros productos que se sumaron al mercado.
Hoy, 15 años después de ese escenario, la fiebre tortuguil retro calmó un poco y, entre la crisis y la cantidad de reediciones que empezaron a salir –de Super 7, por ejemplo–, las figuras que antes eran difíciles y caras hoy están bastante accesibles y se encuentran en muchas ferias o tiendas especializadas.
Si bien las Tortugas Ninja siguen estando súper vigentes, ya hay una generación que desconoce a las originales y se vincula con los modelos que sí vivieron en películas, series, cómics y videojuegos más recientes. Lo mismo le está pasando a He-Man, que estaba muy de moda hace unos años entre los coleccionistas que lo vivieron de chico, y ahora se encuentran a precios muy buenos. Entender este cambio de ciclos es importante a la hora de vender, sobre todo para no hacer inversiones que terminen en clavos.

Ahora, si es para vos, porque te gusta, esta lógica puede ayudarte a entender precios y tendencias, pero el capricho siempre es más importante. Hay algunas franquicias que van a vivir y producir por siempre, pero eso no quiere decir que siga siendo para vos o que las nuevas generaciones se vayan a sumar a lo viejo.
Ahora conocés la historia de las Tortugas Ninja de Playmates y su distribución por J. Sulc S.A. Ojalá que cuando te cruces con una en alguna feria te acuerdes de este artículo y te lleves ese Raphael que siempre quisiste tener.