Unidad Básica Satoshi Nakamoto: una trinchera AFK

Un gráfico de mercado es una especie de 'electrocardiograma de ánimo colectivo'. Siempre me pareció interesante. En Unidad Básica Satoshi Nakamoto pusimos a 180 personas a disputar un mercado ficticio desde su celular.

Scaneando el QR del print (divino, btw) que dimos a la entrada, cada invitado tuvo a mano una consola simple para comprar o vender un activo imaginario, sin plata involucrada y con una interfaz elemental donde sólo se podía ir all-in.

Esa noche mucha gente iba a interactuar con la idea de un mercado por primera vez. El experimento constaba en hacerles sentir 'en el cuerpo' cómo se cocina el entramado de intereses y sensaciones que más de una vez terminan definiendo situaciones similares en la vida real.

Pusimos un pozo interesante de merchandising y dinero (ajeno, nosotros somos parias) para poner un incentivo real a participar. Y como en la vida -es sabido pero lo advertí igual en la presentación-, "para ganar, hay que rosquear".

Me fascina conjeturar sobre el comportamiento de la gente cuando retirás las consecuencias pero dejás abierta la puerta al quilombo. La app de UBSN aspira a estar lejos de la estética berreta de 'gamificación' de conferencia. Es un juguete político camuflado. Podés querer involucrarte, romper, sentir FOMO, sabotearlo, manipular, ignorarlo o también querer sólo pistear, por mero gusto de fierrero. Uno se pregunta por qué los ricos quieren todavía más plata o por qué los campeones siguen compitiendo y la respuesta, como siempre, es la más desopilante: porque ganarle a otros es inevitablemente divertidísimo.

Una vez adentro del evento, los requerimientos de login son débiles adrede. Sabemos que también alguno querrá smurfear. El anonimato (tu identificador es un emoji) y el feedback sensorial inmediato a tus acciones en la pantalla y en las caras del resto amplifican comportamientos que nos mantienen, para bien o para mal, vivos. A lo largo del cachengue, diferentes "mutators" cambian el estado del mercado empujando la tendencia hacia diferentes direcciones y forzando a los participantes a tomar decisiones rápidas, a medida que entra información nueva. Y a veces falsa.

Todo lo demás se construyó alrededor de esa idea: Juan Ruocco inauguró el escenario dando un crash-course de guerra cognitiva y equipando a los asistentes al PVP con un conveniente tinfoil hat. Ha sido increíblemente generoso con su tiempo, tuvo que irse a la radio prácticamente corriendo y volvió ni bien pudo para proceder a la comunión con sus feligreses.

El sistema de sorteos estuvo ligado a la app. En momentos específicos, tu pantalla quedaba 'hackeada' por colores alternando entre rojo y verde hasta que solo un celular quedara prendido. Durante el diseño pensamos permanentemente en cómo hacer que el celular sea tu arma, pero tu mirada estuviera obligada a estar conectada con el ambiente.

Salió todo bien. Bardo, risas, gente gritando por un token que ni existe. Libertarios, perucas, nihilistas, devs, gamers, traders, artistas. Todos al mismo nivel. Nadie con información extra, todos atrapados en el mismo experimento. Hemos logrado conectar a magos y magas de todos los reinos.

El siempre-enigmático @notsashapak aportó leña al fuego: muchas herramientas que hoy parecen “neutrales” vienen directamente del aparato militar. SigInt, HumInt, propaganda, guerra fría, telecomunicaciones. Los invitados pudieron tomar también la palabra y conversar con él sobre cómo cuando cambia el entorno técnico, cambia la manera de espiar, influir y anticiparse. El mercado -y el invento- crypto no está exento de ese mismo tejido de infraestructura de poder.

Como director, mi laburo fue armar el equipo, diseñar y coordinar las operaciones previas y posteriores. La comunidad se manejó sola, fue gentil, tomó riesgos, discutió, se rió. Y eso es lo que quería: que Unidad Nakamoto no intente venderte nada, simplemente sirva de 'kilómetro cero' para la construcción de otras dinámicas menos infantilizantes. Creo que nos merecíamos una escena mejor: adultos distintos y diversos, pensando y jugando con sistemas complejos. Y no los 'ventajita' crypto haciendo fila para lustrarle botas a un sueco y chorearse un grant.

Especial agradecimiento a Bitmex, Lemon, Sasha Pak, Juan Ruocco, Centro Cultural Matienzo, por su invaluable tiempo, colaboración y confianza para hacer suceder esto de la mejor forma imaginable. En principio iba a ser el 20, tuvimos que movernos al 19 por cuestiones de fuerza mayor, y todos los mencionados respondieron con una destacable amabilidad ante la adversidad. Resulta que el 20 terminó lloviendo a cántaros. Cuidado boludo, Satoshi vigila.